Si no cambias, te extingues

Artículo incluido en el libro “Si no cambias te extingues”, publicado en febrero del año 2022, disponible para descarga aquí.


Hace unos días pude leer un post que decía: “deberías aplicar en tu puta vida lo que tanto reflexionas en Facebook”.

Maravilloso, pensé. A lo mejor muchos pensaron exactamente lo mismo. Claro, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Es mucho más fácil, todavía, compartir el post que trabajar en esa reflexión que proponemos.

Veamos otro ejemplo.

“Si no cambias, te extingues”. Muy bien, pensemos en qué debemos cambiar para no extinguirnos. Enfoquemos aún más la idea y pensemos en qué deberíamos cambiar de nuestra propia “receta de negocio”, para no extinguirnos. ¿Por dónde empezamos?

¡Un momento!  Para qué cambiar, si –así como estamos– nos sentimos cómodos, si nuestro nivel de ingresos es relativamente estable (aunque desearíamos estar mejor), si el cambio en sí representa un nivel de esfuerzo cierto, probablemente insatisfactorio en el corto plazo, con beneficios inciertos…

Evaluemos entonces los peligros de no cambiar: las recetas no duran para siempre, es posible (y muy probable) que aparezcan nuevos oferentes de lo que hago, de la forma como lo hago, a un precio similar o menor. Perdón, pero esto ya está ocurriendo en todos los ámbitos que conozco.

¿Será necesario, entonces, empezar a pensar en el cambio, ahora que no es urgente? Yo creo que sí. Pero decidir e implementar ese cambio son dos procesos distintos, complementarios. Decidir hacerlo y hacerlo no es lo mismo. Decidir hacer dieta y hacer dieta, por ejemplo, son dos procesos distintos.

Si la “receta” (nuestra propuesta de negocio al mercado) será obsoleta en algún momento, habrá que comenzar a pensar en la forma de modificarla. ¿Piensas en innovar, modificando algunos aspectos de producto o servicio que ofreces? De esa forma no cambia la receta.

Ampliar la capacidad de pensar en el modelo de negocio plantea alternativas más allá de lo obvio. Pensar en nuevas propuestas, para nuevos clientes, atendiendo distintos deseos o problemas, incursionando en otros sectores… allí podemos orientar nuestra atención.

Es probable que necesitemos un esfuerzo adicional al que hacemos hoy para llevar adelante nuestra actividad, pero: ¿no es preferible elegir el momento del cambio a tener que cambiar por necesidad?

* * *

Dejá un comentario