Artículo incluido en el libro “Piensa. Decide. Actúa”, publicado en marzo del año 2021, disponible para descarga aquí.
En toda organización, en todo grupo, y en la vida en general, hay diferentes tipos de personas: hoy me referiré a contaminadores versus purificadores y a tomadores versus dadores.
Las personas contaminadoras se quejan por todo lo que sucede, disfrutan del chisme y opinan sobre la vida de terceros: existen a través de la vida de otros. Por otro lado, están las purificadoras: personas con las que se disfruta compartir tiempo pues aportan a la vida y a las relaciones.
Existen, además, las personas dadoras y las tomadoras. Si bien siempre existen grados, hay personas tomadoras netas: exigen tu tiempo, tu atención y tu energía. Son, lo que se denomina “personas de alto mantenimiento”. Y también están las personas dadoras netas, que respetan tu tiempo, tu espacio, tus decisiones.
No se trata simplemente de juzgar, yendo por la vida categorizando o estigmatizando a las personas. Pero sí es importante tomar decisiones para determinar qué tipo de vínculo tendremos con cada tipo de persona. En mi vida no hay espacio para la combinación contaminadores – tomadores.
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