Creo que estarás de acuerdo conmigo en esto: el entorno importa. Sí, sé que es muy fácil perderse en la rutina, enfocarse en las tareas del día a día y olvidar la importancia del contexto. Pero cuán diferente puede ser todo cuando la atmósfera es la correcta, ¿no?
Observa lo que sucede en Google (y no es la única). No es solo que tengan salas de descanso coloridas y cafeterías gourmet. No, es algo mucho más profundo. Han creado un ambiente donde cada día es una oportunidad para la innovación, donde las ideas son bienvenidas y donde la creatividad es un compañero constante. No importa si eres un genio o un novato. En un lugar así, puedes superarte, puedes brillar.
Observemos ahora el otro lado: ¿Qué ocurre cuando estás atascado en un lugar donde las personas están constantemente mirando el reloj esperando que termine el día, donde lo más emocionante es la pausa para el café y la lista de tareas parece interminable? Creería que hasta el más brillante de los genios puede apagarse. Porque incluso la persona más extraordinaria necesita un entorno que nutra esa chispa.
Si estás liderando un equipo, piensa en esto. No estás gestionando personas y tareas, estás creando un ambiente. No estás organizando horarios, estás fomentando un espacio donde las personas puedan prosperar. El entorno, ese espacio que hayas creado y que compartas con tu equipo puede ser la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario.
