Artículo incluido en el libro “Piensa. Decide. Actúa”, publicado en marzo del año 2021, disponible para descarga aquí.
Ni el viernes es el mejor día, ni el lunes es el peor. Si amas tu trabajo, si realmente lo disfrutas, cada día es como el viernes. Si lo odias, cada día es como el lunes.
Etiquetar los días como peores o mejores es contrario al espíritu emprendedor e innovador. Un emprendedor con metas definidas casi no tiene en cuenta en qué día de la semana se encuentra. Lo que importa no es el día, sino el proyecto y su avance hacia los resultados deseados.
Si trabajamos para cumplir con los sueños de quienes sí tienen metas, cada día de regreso al trabajo puede ser el peor; y el mejor momento del día es el instante en el que finaliza la jornada.
Quienes tienen metas, quienes integran su trabajo a su vida y su vida a su trabajo, no piensan ni consideran a un día por sobre otro en términos de mejor o peor. Hacen lo que tienen que hacer, disfrutan de su trabajo y por ello también disfrutan de su vida.
¿Cuál es, a tu criterio, el mejor y el peor día de la semana? ¿Por qué haces esa diferencia? ¿Cuál es tu principal meta para este año? ¿Estás trabajando para alcanzarla?
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