El silencio (interno) es salud

Recordatorio para mí: ¿te diste cuenta cuánto ruido hay ahí afuera? ¿Te diste cuenta cuánta locura hay allí en la calle? No se trata solamente del constante zumbido de la ciudad y las interminables notificaciones del teléfono, sino también del diálogo interno que nunca parece cesar. Parece que te estás olvidando de un viejo y querido amigo: el silencio. Pero no del silencio como la ausencia de sonido, sino del silencio como un santuario, un respiro en medio del caos, un lugar para encontrarte a ti mismo de nuevo.

Date cuenta de esto: en la vorágine de la jornada, con reuniones que se suceden una tras otra, correos electrónicos que requieren respuestas casi instantáneas, decisiones que se deben tomar sobre la marcha, ¿cuándo fue la última vez que te detuviste a reflexionar en silencio? Quizás eres como la mayoría, siempre en el carril rápido, siempre con prisas. Sin embargo, el silencio, ese silencio interior, puede ser un bálsamo, una fuente de claridad y renovación.

Recuerdas el ejemplo de ese CEO de una empresa de tecnología, que en este momento se te escapa de la memoria… ese tipo tenía un ritual en el que cada mañana se levantaba temprano para meditar en silencio, permitiéndose a sí mismo sumergirse en sí mismo antes de enfrentar el frenesí del día. En ese silencio, encontraba la claridad para liderar una de las empresas tecnológicas más exitosas del mundo.

Así que este es un recordatorio para ti mismo: haz espacio para el silencio. Tómate un momento cada día para desconectarte, para respirar, para estar contigo mismo. Ya sabes que no vas a levantarte a las 5 de la mañana para esto, así que ni lo intentes. Pero en el momento en el que lo hagas, apaga el teléfono, cierra la puerta y deja que tu mente se calme. Verás que, poco a poco, este hábito del silencio puede dar lugar a una nueva claridad, a una nueva perspectiva. Porque, a veces, las respuestas más profundas se encuentran en esos espacios de quietud.

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