Artículo incluido en el libro “Piensa. Decide. Actúa”, publicado en marzo del año 2021, disponible para descarga aquí.
Hacer las cosas que hay que hacer cuando no son urgentes es la mejor decisión que puedes tomar. Porque cuando son urgentes, como todo proceso tiene demoras, no lograrás el resultado esperado en el tiempo deseado.
En plena crisis económica argentina en el año 2001, miles de personas hacían fila en consulados europeos para obtener su ciudadanía y salir del país en busca de oportunidades en la tierra de sus abuelos y bisabuelos. Nunca antes habían pensado en la posibilidad de tener la ciudadanía de sus familiares inmigrantes, pero cuando fue urgente, encontraron que el proceso iba a demorar meses o años. ¿Podían esperar tanto tiempo? En la mayoría de los casos no y emigraron como pudieron.
¿Vas a estudiar inglés cuando empiecen a rechazar tus presentaciones de antecedentes, sabiendo que habitualmente lo solicitan como requerimiento excluyente en muchas posiciones de trabajo?
La postergación es la peor decisión que puedes tomar. Los resultados producto de la postergación, son el precio a pagar por no haber decidido de la manera adecuada cuando debías hacerlo.
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