La calidad que ofreces es el resultado de tus hábitos

Artículo incluido en el libro “Lo que creo que es cierto pero no lo es”, publicado en febrero del año 2022, disponible para descarga aquí.

Todo el tiempo me enfrento a propuestas de productos y servicios. En ocasiones, el producto o servicio que me ofrecen es de la calidad que espero (o menor), y el precio que me solicitan es mucho más elevado que el que esperaba.

Seguramente te sucede algo así, o parecido. O quizás encuentras que los productos y servicios son de calidad decepcionante y los precios están muy por encima de lo que estás dispuesto a pagar. Todo ello genera en nosotros la percepción de productos y servicios caros.

Evidentemente, cuando el precio es mayor a la percepción de valor, lo que te ofrecen es caro. Y en el caso contrario, cuando el precio es menor a la percepción de valor de aquello que te ofrecen, la sensación es barato o conveniente.

La calidad del servicio que ofreces es producto de un hábito, aprendido e incorporado. Ofreces lo que ofreces, de la forma como lo ofreces, al haber aprendido a hacerlo de esa forma. Hay muchas formas distintas y la que ofreces es tuya.

Tu forma es solo un hábito.

Es probable que puedas brindar un servicio de mucha más calidad de la que ofreces hoy. Es probable que tus clientes no estén dispuestos a pagar un precio más alto, si antes no modificas el hábito que determina tu nivel de servicio.

Si quieres clientes dispuestos a pagar más, debes ofrecer más. Más servicio, más valor, más calidad.

Si protestas por los clientes que tienes, debido a que no quieren pagar más dinero (o crees que no estarían dispuestos a pagar más dinero), podrías preguntarte: ¿dónde están esos clientes que pagan más dinero por servicios similares al mío? ¿Por qué yo no tengo esos clientes? ¿Por qué yo tengo estos clientes?

Ofrece un servicio extraordinario, para poder solicitar un pago más elevado.

Para ofrecer un servicio extraordinario, eleva el estándar de tu servicio. Modifica los hábitos que te han llevado a ofrecer lo que ofreces hoy, por el precio que te pagan hoy.

En el mundo hay lugar para todos. Para los buenos, y para los malos.

¿Te pagan poco? ¿Tienes malos clientes?

En el mundo hay lugar para todos. Para los buenos y para los no tan buenos. 

Quieres clientes distintos.

Muy bien. Te felicito, porque el primer paso para el cambio es desear ese cambio.

Entonces: ¿Qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo?

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