Sumar o multiplicar

Permíteme describir la siguiente imagen. En un rincón brillante de una oficina se sienta Marta, deslumbrante con su título de MBA y sus años de experiencia en el mundo corporativo. Sin embargo, hay algo que no cuadra. Marta tiene todas las habilidades y el conocimiento, pero su escritorio es un páramo de inactividad. ¿Por qué? Porque Marta, por muy brillante que sea, no tiene iniciativa. Es como un coche de lujo sin motor.

A su lado se sienta Pedro, que no tiene el mismo CV estelar de Marta ni sus años de experiencia. Pero a Pedro se le ve activo, ocupándose de situaciones difíciles antes de que escalen, proponiendo ideas para mejorar los procesos de trabajo, animando al equipo cuando los tiempos se ponen difíciles. ¿Por qué? Porque Pedro tiene iniciativa. Se compromete, no se sienta a esperar que las cosas le lleguen o que se las pidan.

Esta descripción resalta lo que el reconocido orador y autor Víctor Küppers nos ha enseñado: “los conocimientos y las habilidades suman, pero la actitud multiplica”. La actitud de Pedro, su iniciativa, esa disposición para tomar la batuta y hacer las cosas, multiplica su valor para la organización mucho más allá de lo que sus habilidades y conocimientos podrían sumar por sí solos.

Por eso, querido lector, si estás buscando hacer una diferencia en tu trabajo, no te limites a acumular habilidades y conocimientos. Sí, son importantes, pero sin la actitud correcta, sin la iniciativa, sólo te llevarán hasta cierto punto. Con iniciativa, con esa chispa de proactividad y compromiso, puedes realmente multiplicar tu impacto. Así que tú eliges: ¿Sumar o multiplicar?

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