Estaba pensando en lo fácil que es confundir las técnicas con los principios. Las técnicas son maravillosas. Son como un truco de magia. Pequeñas maniobras que te hacen parecer brillante. Pero conocer los principios es una historia distinta. Son la esencia, la base, el mapa que te guía cuando estás perdido.
Pon atención a cualquier empresa de renombre mundial. Tendrán todas las técnicas del mundo, las usarán maravillosamente y podrán ser los genios de la innovación, pero lo que las distingue de otras empresas -no tan importantes y/o relevantes- no es cuántas técnicas conocen sino cómo aplican los principios: el principio de sostenibilidad, el principio de innovación, el principio de empujar los límites de lo posible, entre otros. Eso es, probablemente, lo que les ha permitido llegar y mantenerse en la cima.
Es muy fácil perderse en el laberinto de las técnicas. Sin los principios para guiarte, puedes encontrarte dando vueltas en círculos. Puedes saber cómo hacer las cosas, pero sin saber por qué las haces, puedes encontrarte en un callejón sin salida.
Así que, cuando te encuentres agobiado por las técnicas, cuando te sientas abrumado por todos los trucos y las maniobras, recuerda que los principios son tu brújula. Son los que te guiarán en la dirección correcta, los que te mantendrán en el camino, los que te ayudarán a tomar la decisión correcta en el momento adecuado.
