Artículo incluido en el libro “Piensa. Decide. Actúa”, publicado en marzo del año 2021, disponible para descarga aquí.
Cuenta Plutarco en sus “Vidas paralelas”, que un patricio romano muy rico llamado Publio Clodio Pulcro estaba enamorado de Pompeya, esposa de Julio César.
Su estado era tal que, durante la fiesta de la Buena Diosa – a la que sólo podían asistir mujeres – entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira.
Rápidamente fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por engaño y sacrilegio.
Como consecuencia de esto, César reprobó a Pompeya a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ningún hecho indecoroso, afirmando que no le agradaba que su mujer fuera sospechosa de infidelidad. Porque no basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo.
Con el tiempo, la expresión comenzó a aplicarse cuando alguien es sospechoso de haber cometido un delito, aunque no hubiera dudas de su inocencia.
Una forma de aplicar esto es vestirte para el puesto que quieres, no para el que tienes. Si eres asistente de marketing y quieres llegar a ser gerente, aprende a vestirte y a comportarte como tal antes de conseguir esa posición.
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