Artículo incluido en el libro “Piensa. Decide. Actúa”, publicado en marzo del año 2021, disponible para descarga aquí.
Imagina a una persona a la orilla de un río. De pronto, oye una voz de socorro y ve a un hombre que se está ahogando, de modo que salta al agua y lo salva. Mientras trata de recuperar el aliento, oye más gritos y vuelve a zambullirse en el río; esta vez salva a dos personas. Antes de tener siquiera la oportunidad de recuperarse, oye los gritos de cuatro personas más. Y así se pasa el resto del día, de las semanas, de los meses y de los años salvando gente de las aguas turbulentas.
¡Si solo hubiese dado unos pasos río arriba, habría descubierto qué o quién era el responsable de que tantas personas cayeran al agua!
¿Cuántos esfuerzos podrías ahorrarte, si pusieras atención en las causas de los problemas que estás atravesando – es decir, qué los origina – y no en los síntomas de esos problemas?
¿Puedes identificar el origen de los problemas que estás enfrentando y padeciendo hoy? ¿Tienes algún grado de control sobre esas causas? ¿Puedes (quieres) trabajar sobre ellas, para que esos problemas dejen de aparecer? ¿Qué harías y cómo? ¿Quieres hacerlo? Comienza.
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